Un instante en que el brillo del sol refleja tu realidad, tan solo un segundo en que la luz del mañana se vuelve verdad. El brillo de tu mirada dice tanto o mas cosas de lo que dicen tus palabras, te delatan fieles a tus sentimientos, intervienen en la corriente de tus pensaminetos.
Una pequeña ave observa desde lo alto del inmenso cielo como esperas la lluvia en el suelo y que el arcoiris entre en escena. ¿Seras capaz de llegar al principio? ¿de tomar el deseo que haz adquirido y tirarlo sin pensar al remolino de petalos que cantando vuelve al inicio?
El aire que tan perfumado recorre el mundo, ese mismo aire que te acaricia, sana heridas del alma en solo un segundo, termina el dolor que el inicia. Esa brisa dulce y tranquilizadora seca ese pequeño astro que transita en tu mejilla, te conforta como amiga consoladora pero se va rapidamente dejando su aroma frutilla.
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